Mediante herramientas como memes, reels y otras formas de difusión digital, el consumo de bebidas alcohólicas se presenta como algo cotidiano y sin riesgo, llegando a miles de usuarios, incluidos menores de edad, alertan expertos de los Centros de Integración Juvenil (CIJ).
Principales preocupaciones detectadas
Mensajes peligrosamente normalizados: Plataformas como TikTok, Instagram y Facebook permiten que el consumo de alcohol se propague en formatos virales que minimizan sus efectos adversos, haciéndolo parecer una conducta aceptable desde temprana edad.
Accesibilidad y aval social: Al compartir estos contenidos, los jóvenes no solo reciben la idea de que beber es “normal”, sino que obtienen validación social mediante likes y comentarios, fortaleciendo la conducta.
Rol de los Centros de Integración Juvenil (CIJ)
Según datos de la institución, durante la pandemia se observó un incremento del 22.9 % en la afluencia de pacientes, lo que sugiere que los contextos de vulnerabilidad amplifican los riesgos asociados al consumo de alcohol en edades tempranas.
El CIJ mantiene activos programas preventivos y de tratamiento, así como materiales educativos difundidos en redes, con el objetivo de contrarrestar mensajes que promueven conductas perjudiciales para los jóvenes.
Impacto social y desafíos actuales
La creciente exposición de menores a contenidos que minimizan el daño del alcohol representa una amenaza real para la salud pública. Incluso cuando no hay consumo directo, la repetición de mensajes positivos en redes puede influir en permitir o justificar el consumo.
Esta situación subraya la necesidad de reforzar la educación digital y el pensamiento crítico desde edades tempranas, así como promover marcos regulatorios más estrictos para controlar contenidos que afectan la salud juvenil.